Las transformaciones que sufre el cuerpo de la mujer durante el embarazo obligan a renovar el vestuario. En la elección de la ropa que se utilizará durante la gestación, la mujer no sólo debe guiarse por criterios de buen gusto o moda. La nueva vestimenta debe adaptarse lo mejor posible a la nueva situación y, sobre todo, ser cómoda. Como norma general, debe evitarse la ropa demasiado estrecha. 

• La ropa interior 

El uso de fajas elásticas durante el embarazo depende del estado físico de la mujer. La función de las fajas elásticas es sujetar el abdomen cuando los músculos de esta zona no cumplen adecuadamente su misión. En la mayoría de las mujeres jóvenes, estos músculos están perfectamente desarrollados y no es necesario utilizar este complemento. En otros casos, una gimnasia adecuada puede ayudar a mantener la fuerza y elasticidad de los músculos abdominales durante todo el embarazo. La faja puede resultar muy útil para aquellas mujeres que ya han dado a luz a varios hijos y que no han tenido la ocasión de recuperar el tono muscular mediante la gimnasia.

El sujetador constituye una prenda imprescindible para la embarazada y su elección debe ser cuidadosa. Los pechos empiezan a aumentar, en volumen y tamaño, ya desde el inicio de la gestación y, a menudo, la mujer no puede utilizar los sujetadores que usaba antes de quedar en estado. Un sujetador adecuado evita la distensión de la piel, a causa del peso de los senos. Una de las opciones es la compra de sujetadores de lactancia, que tienen copas que se abrochan y desabrochan, para facilitar el amamantamiento del neonato. Tienen la ventaja de que son cómodos y de que sirven posteriormente para el puerperio. También hay que tener en cuenta la posibilidad, en los últimos meses del embarazo, de que la mama comience a liberar un líquido amarillento, el calostro, que puede manchar la ropa interior y la exterior. Para solucionar este problema se pueden utilizar unos discos de celulosa, de venta en cualquier farmacia, cuya función es absorber el calostro e impedir la aparición de las molestas manchas, y que se colocan entre la mamá y el sujetador, en la zona del pezón. 

• Las medias 

Al principio del embarazo pueden aparecer varices en los miembros inferiores y en la vulva. Estas dilataciones de las venas suelen ser más frecuentes en las mujeres que esperan su segundo o tercer hijo. A menudo desaparecen después del parto. Estar mucho tiempo de pie y utilizar medias muy apretadas puede precipitar la aparición de varices. Una opción, es recurrir a las medias de compresión progresiva, de venta en farmacias, que sin ser demasiado estéticas, ayudan a la circulación sanguínea de retorno, y permite a la embarazada usar faldas en invierno. 

• Los zapatos 

El peso que soportan las plantas de los pies aumenta progresivamente a lo largo del embarazo. Este aumento de peso se concentra especialmente en el abdomen y desequilibra el cuerpo de la mujer. Por este motivo, la embarazada se inclina hacia atrás. La consecuencia es que sus talones soportan más peso que el resto del pie. Para compensar este exceso en la curvatura de las vértebras lumbares sería muy aconsejable utilizar zapatos planos. Pero para mantener una curva adecuada en la planta del pie, es preferible que los zapatos sean de tacón ancho, y de unos 5 centímetros de altura, de manera que el pie se mantenga arqueado sin que el tronco se incline hacia adelante. Por supuesto, el calzado debe ser cómodo y no producir rozaduras en los pies de la embarazada.