La lactancia materna representa la alimentación natural en los primeros meses de la vida de un bebé y puede proporcionar beneficios que la ciencia aún desconoce. Está demostrado que es biológicamente más segura.

Es una fuente de componentes antiinfecciosos: linfocitos, macrófagos, inmunoglobulinas, lactoferrina, lisozima, complemento y factor bífido.
Las principales diferencias entre la leche de vaca y la humana se han minimizado en las actuales fórmulas infantiles, pero no por completo, ya que se sabe que algunos nutrientes son mejor absorbidos por los bebés cuando se hallan vehiculizados en la leche humana. Tal es el caso del hierro y del cinc.

Para la mayoría de las mujeres, la lactancia supone una experiencia agradable y satisfactoria. Se sabe, además, que las reacciones alérgicas son menos frecuentes. Y conviene recordar que una madre siempre puede cambiar de lactancia materna a lactancia artificial, aunque nunca en sentido inverso.