Hidratación
Aunque podemos vivir hasta 50 días sin alimento, sin líquidos sólo sobreviviríamos unos días. Por eso es tan importante que en los días de calor llevemos a cabo una adecuada hidratación, evitando así un trastorno que puede provocar dolor de cabeza, cansancio, falta de concentración e incluso un golpe de calor.
El agua, aporte de vida
En épocas del año con altas temperaturas, una persona puede llegar a perder al día entre 2 y 3 litros de líquido en el organismo a través del sudor, de la orina, la respiración y la transpiración de la piel, lo que puede provocar dolor de cabeza, cansancio falta de concentración e incluso un golpe de calor.
Para evitar esta deshidratación, que, en casos extremos, incluso puede generar enfermedades cardiovasculares, osteoporosis o incluso algunos tipos de cáncer como el de colon, los expertos recomiendan incrementar el consumo de líquidos hasta una media de 2,5 litros diarios.
"En pleno verano, el protagonismo del agua resulta obvio, pero queríamos ampliarlo más allá de esta estación", ha destacado el doctor Primitivo Ramos, presidente de la Sociedad Madrileña Geriátrica durante la presentación hace unos días del ‘Libro Blanco de la Hidratación’, un manual que ofrece consejos fundamentales para mantener nuestro organismo bien hidratado, con especial atención en niños, ancianos, mujeres embarazadas y personas que hacen ejercicio físico.
El libro ha sido elaborado por la Sociedad Española de Dietética y Ciencias de la Alimentación (SEDCA) en colaboración con la Sociedad Española de Nutrición Básica y Aplicada (SENBA), la Sociedad Madrileña de Geriatría y la Sociedad Española de Medicina Rural y Generalista (SEMERGEN).
“Éste es el primer libro de estas características que se publica en España", tal y como destacó el profesor Jesús Román Martínez, presidente de la SEDCA, que también recordó que durante la ola de calor de 2004 los ingresos hospitalarios en mayores aumentaron entre un 15 y un 20 por ciento, muchos debidos a una inadecuada hidratación.
Zumos, frutas y verduras e, incluso, cerveza
El agua es un recurso de la naturaleza necesario para la vida y esencial para el conjunto de la alimentación. El agua contenida en los alimentos junto con la que bebemos y el resto de líquidos que ingerimos, tienen que garantizar nuestra correcta hidratación en todas las edades y circunstancias vitales.
En este sentido, el doctor Carlos Iglesias, secretario general de la SENBA, destaca que "el agua siempre ha sido el hermano pobre", que ni siquiera preocupa a nivel hospitalario, "sólo en el campo de los deportistas y geriatría". Además, y sobre los mitos de su ingesta, considera que "beber es mucho más que tomarse dos litros de agua", pues forma parte de una dieta equilibrada.
Y es que, el agua, principal componente de nuestro organismo, influye en diversas funciones y reacciones orgánicas, contribuyendo a mantener el equilibro vital. Pero además de con agua, el cuerpo humano se puede hidratar con otras bebidas o alimentos que en su compuesto sean ricos en ella.
De esta forma, cualquier alimento con alto contenido hídrico o bebida que contenga agua, puede contribuir a la necesaria hidratación en esta época del año. Éste es el caso de los zumos, que hoy en día están incorporados totalmente en nuestra alimentación e incluso han pasado a formar parte de las bebidas de consumo habitual de los deportistas por sus características organolépticas, su valor nutricional y el porcentaje de agua que contienen.
Las bebidas de reposición son también una buena alternativa para hidratar nuestro organismo tras la realización de un esfuerzo físico, ya que contienen cierta cantidad de minerales que se pierden con la sudoración. Por el contrario, los refrescos comunes no son las bebidas óptimas para una rápida hidratación, por su alto contenido en azúcares, que dificulta el rápido flujo de agua hacia el torrente circulatorio.
En cuanto a los alimentos, el ‘Libro Blanco de la Hidratación’ señala que las frutas, junto con las verduras, hortalizas y cereales son la principal fuente de fibra y antioxidantes de nuestra dieta, por lo que los expertos recomiendan su consumo de forma habitual.
Asimismo, destacan que la cerveza, siempre consumida con moderación y por adultos sanos, al tratarse de una bebida fermentada elaborada a base de agua, cereales (cebada, malta) y lúpulo, también puede catalogarse dentro de las bebidas hidratantes, ya que el 90% de su composición es agua. Además, su consumo moderado, aporta a nuestro organismo diferentes nutrientes, fundamentalmente vitaminas del grupo B y antioxidantes.
Sin embargo, en el caso de las bebidas alcohólicas con una graduación superior al 10 por ciento, los expertos las desaconsejan totalmente, ya que por encima de esa cantidad ocasionan pérdidas evidentes de líquido (al igual que ocurre con la ingesta abusiva de sal).
Especial cuidado con mayores, niños y embarazadas
Al envejecer disminuye la proporción de agua del organismo por la transformación de tejidos ricos en agua en tejidos pobres en ésta. En las personas mayores representa tan sólo el 60 por ciento en hombres y el 50 por ciento en mujeres.
Además, a ello se une que las personas mayores normalmente presentan una menor ingesta líquida como consecuencia de diversos factores como disminución de la percepción de sed, incidencia de enfermedades, consumo de fármacos, cambios ambientales, falta de accesibilidad… Por tanto, los ancianos son especialmente susceptibles frente a la deshidratación.
En este sentido, el doctor Ramos destaca que “es importante sensibilizar a las personas que se encargan del cuidado de los mayores, con el fin de reducir los problemas relacionados con una ingesta deficiente de agua y estimularles para conseguir mantener la ingesta mínima diaria”. Para ello recomienda que establezcan un horario para la ingesta, restringiéndolo durante las últimas horas de la tarde y noche.
En el caso de los niños, ocurre algo parecido, ya que tampoco son conscientes de la necesidad de hidratarse de forma adecuada durante estos días de calor, a pesar de la pérdida constante que tienen de líquido debido a la alta actividad que suelen realizar durante las vacaciones.
Cuando se trata de recién nacidos, los expertos señalan que el 90 por ciento de la leche materna se compone de agua, por lo que es recomendable aumentar la ingesta habitual para asegurar un estado óptimo de salud de la madre y del bebé.
Y es que la etapa de embarazo y lactancia supone cambios en todos los aspectos de la vida de la mujer, y así también debe suponer cambios en los hábitos alimenticios. Gracias a la mejoría del estado nutricional de las embarazadas se ha conseguido incrementar el número de embarazos a término con fetos vivos en los últimos años, por lo que una parte de estas recomendaciones deben ir dirigidas a la adecuada ingesta hídrica.
Ejercicio físico e hidratación
Tal y como destacan los expertos en el ‘Libro Blanco de la Hidratación’, la actividad física en función de su intensidad, duración o condiciones extremas de temperatura o falta de humedad puede suponer una pérdida de agua de 2-5 ml/m.
Por ello, en el caso de los deportistas, además de una correcta alimentación, será necesaria una hidratación adecuada. Además, destacan que la sed es un estímulo lento que ya implica un grado de deshidratación, por lo que es necesaria una adecuada ingesta de líquidos, aunque no apetezca.
Así, señalan que el deportista deberá llevar una dieta blanda rica en carbohidratos y frutas, que aporten energía, y beber unos 500 ml de agua en las 2 horas anteriores al inicio de la actividad.
A este respecto, en el manual también se señala que la manera para controlar el aporte apropiado de agua es a través del peso corporal, ya que la disminución de peso suele ser por pérdida de agua. Además, también destacan que la hidratación previa al ejercicio evita lesiones y permite el óptimo rendimiento en la prueba.