Menopausia Alteraciones
La aparición de síntomas como picor o prurito, una mucosa con signos inflamatorios, un moco cervical turbio o escaso y una disminución de la libido sexual pueden ser signos indicativos de una alteración del grado de hidratación genital de la mujer y de un pH vaginal poco equilibrado. Hay que actuar mejorando especialmente la sequedad interna y externa y consiguiendo una mayor distensión de los tejidos. Por este motivo, es importante la hidratación interna y externa de los genitales femeninos.
La salud vaginal de la mujer sufre modificaciones en la hidratación de las mucosas a partir del momento en que está en edad premenopáusica o bien ya con la menopausia.
Las relaciones sexuales favorecen que la sequedad se retrase y que la lubricación del semen favorezca la hidratación de la vagina. La medición del pH vaginal indicará si hay acidez o no en la vagina.
-La piel en la menopausia
El envejecimiento de la piel comienza a partir de los 30 años y se intensifica entre los 40 y los 50. El estado de la piel depende de múltiples factores y aunque la herencia desempeña un papel fundamental, existen otros agentes determinantes a tener en cuenta, tales como los ambientales, la exposición al sol, el tabaco y el alcohol.
Durante la menopausia y post-menopausia se produce una atrofia progresiva de la epidermis, una disminución del contenido de colágeno de la dermis, una menor vascularización de la piel y una reducción de la secreción de las glándulas sebáceas.
Todo ello hace que la piel adelgace, pierda su textura y se muestre más blanda y áspera. Pierde humedad y elasticidad, facilitando la aparición de arrugas.
Aunque no es posible delimitar hasta qué punto la disminución de estrógenos en la menopausia es responsable de los cambios que se producen en la piel, su influencia es clara, ya que la piel contiene receptores para ellos y puede metabolizar activamente estas hormonas.
Los estrógenos aumentan el grosor de la piel y mantienen la humedad y la elasticidad cutáneas. Asimismo, los estrógenos influyen en la salud del cabello y de las uñas.
-Lesiones de la piel
Algunas de las lesiones más frecuentes son:
- Léntigo solar: manchas planas y parduzcas que aparecen en cara, manos y algunas veces en la espalda, en personas de edad madura, siendo el sol el principal responsable de su aparición. Pueden tener un potencial maligno y deben ser siempre evaluadas por un especialista
- Queratosis seborreica: más elevadas que los lentigos solares y de aspecto verrugoso, pero no son malignas. Aparecen en la cara y el tronco de las personas adultas
- Manchas rojas, debidas a la dilatación de los vasos sanguíneos
- Telangiectasias: dilataciones de los pequeños capilares de la piel que a veces tienen forma de araña y se llaman “spiders”. Pueden aparecer aisladas o agrupadas en cara o escote, denominándose entonces couperosis. Cuando la couperosis se asocia a granitos parecidos a los del acné se denominan rosáceas y requieren además tratamiento médico asociado
- Angiomas: son un acúmulo de capilares que suelen aparecer en el nacimiento. Cuando tienen el color de una mancha de vino de Oporto se denominan angiomas planos. Existen hemangiomas rojos como una fresa que sí pueden desaparecer a lo largo de la vida (hemangiomas capilares) y otros más violáceos (hemangioma cavernoso) que no desaparecen espontáneamente y suelen crecer con el paso del tiempo. Los puntos rubí o angiomas seniles son pequeñas malformaciones capilares que miden milímetros y suelen disponerse en el tronco. Se asocian a envejecimiento cutáneo.
-Cambios del cabello en la menopausia
La cantidad de vello corporal y de cabello que tiene una persona está determinada por los genes. El buen estado del cabello va a depender también de otros factores, como la dieta, los tintes a los que ha sido sometido, el estrés, el cuidado que ha recibido, etc.
Se estima que cada año son reemplazados 32.000 cabellos, pero con el envejecimiento este proceso se ralentiza. Las fibras de cabello se hacen más pequeñas y tienen menos pigmento, de ahí que el cabello grueso de un adulto joven se convierta finalmente en un cabello delgado, fino y canoso.
Asimismo, muchos folículos pilosos dejan de producir nuevos cabellos. Sin embargo, conviene saber que la caída del pelo (alopecia) más intensa suele deberse, fundamentalmente, a problemas genéticos o a determinadas enfermedades. Si la caída es importante conviene acudir al médico para descartar alguna enfermedad causante de la misma.
Las mujeres presentan un patrón característico de pérdida del cabello a medida que envejecen (calvicie con un patrón femenino). En ellas el vello corporal y facial también se va perdiendo aunque el vello que permanece se puede volver más grueso. Algunas mujeres pueden notar una pérdida de vello corporal, pero pueden descubrir que presentan vello facial grueso, especialmente en el mentón y alrededor de los labios.
Cortar el cabello para reforzar su estructura, limitar el uso del secador y aparatos eléctricos, protegerlo del agua de la piscina y el mar, utilizar un champú adecuado y mantener una dieta sana y equilibrada, son algunas recomendaciones para mantener un pelo adecuado, limpio y sano.
-Cuidados de las uñas en la menopausia
La queratina es un componente importante de las uñas. Éstas crecen de una manera constante siempre que estén sanas. Las uñas también cambian con el proceso de envejecimiento: crecen más lentamente y se vuelven pálidas y frágiles; el color puede cambiar de traslúcido a amarillento y opaco.
Las uñas, especialmente las de los dedos de los pies, pueden volverse duras y gruesas y encarnarse con más frecuencia; mientras que las puntas de las uñas de las manos se pueden partir. En algunas ocasiones, se desarrollan rebordes longitudinales en las uñas de las manos y los pies.
Sin embargo, algunos cambios en las uñas pueden ser causados por infecciones, problemas nutricionales, enfermedad renal o deficiencia de hierro, entre otros, por lo que es aconsejable consultar con el médico si las uñas desarrollan hoyuelos, rebordes, líneas, cambios en el contorno u otras alteraciones.
Al igual que en el caso del cabello, para mantener unas uñas sanas y bonitas es importante mantenerlas limpias y arregladas e ingerir una dieta equilibrada con aportes vitamínicos y minerales correctos. Conviene, además, limitar la exposición a agentes químicos mediante guantes y utilizar frecuentemente cremas hidratantes para manos.