Quimioterapia
Es el uso de medicamentos para matar bacterias, virus, hongos y células cancerosas. El término se refiere más frecuentemente a los medicamentos para combatir el cáncer y este artículo se enfoca en la quimioterapia para tratar esta enfermedad.
Los medicamentos quimioterapéuticos se pueden administrar por vía oral o por medio de inyección. Debido a que los medicamentos viajan a través del torrente sanguíneo a todo el cuerpo, la quimioterapia se considera un tratamiento sistémico.
Administración
Aunque se habla de quimioterapia en general, puede ser un tratamiento con grandes diferencias a la hora de aplicarlo en los pacientes:
- La quimioterapia puede utilizar una o varias sustancias diferentes según la enfermedad lo necesite.
- Un mismo fármaco puede emplearse y ser útil a veces en el tratamiento de diferentes tumores.
- Puede variar la dosis de medicamento aún en un mismo tipo de cáncer, dependiendo del enfermo.
- Un fármaco puede ser específico para un tipo concreto de cáncer, y no ser útil su empleo en otros tumores.
El médico oncólogo es el que decide qué fármacos y qué dosis son necesarios administrar en función de una serie de factores como:
- Tipo de tumor
- Localización del tumor
- Fase de la enfermedad
- Estado general
- Enfermedades previas
Existen unas condiciones generales que, en una gran parte de casos, son comunes:
La quimioterapia se administra en forma de ciclos, alternando periodos de tratamiento con periodos de descanso. Un ciclo es el periodo de tiempo que va desde la administración del tratamiento (e incluye el de descanso) hasta la siguiente administración.
Esta alternancia de tratamiento – descanso es fundamental. Proporciona a las células sanas del organismo el tiempo necesario para recuperarse del daño provocado por los medicamentos. De esta forma, serán capaces de tolerar un nuevo ciclo de quimioterapia con una toxicidad o efectos secundarios aceptables.
Según lo requieran los enfermos (en función de las características de la enfermedad y las del propio paciente) los tratamientos de quimioterapia pueden administrarse por vía intravenosa u oral.
– Vía intravenosa
Es la más frecuentemente empleada. Los fármacos se introducen en el organismo a través de una inyección en vena (generalmente las del brazo).
En ocasiones, para evitar pinchar repetidamente una vena, se emplea un tubo muy fino, largo y flexible, llamado catéter. Este se introduce en una vena de grueso calibre y permanece, sin ser retirado, durante todo el tratamiento. Con frecuencia está unido a un porta-cath (disco redondo de plástico o metal que se introduce bajo la piel) por donde se realiza la infusión de la quimioterapia.
En algunos casos, la administración intravenosa de los medicamentos se debe realizar de forma continuada durante un tiempo (generalmente varios días). Para esto se utiliza una bomba de infusión. Este sistema controla el paso de la quimioterapia al interior del organismo de forma programada.
Llevar colocado un catéter o un porta-cath puede,ocasionalmente, resultar molesto; pero lo habitual es que no provoque ningún tipo de dolor o sensación desagradable. De todas formas, ante cualquier síntoma relacionado con ellos, no dude en comentarlo con su oncólogo.
Generalmente, con el empleo de la vía intravenosa, es necesario que el paciente acuda al hospital de día. Tras unas horas allí, el paciente puede irse a su domicilio hasta el inicio del próximo ciclo.
Según los fármacos empleados, y en determinadas circunstancias (como por ejemplo, el mal estado del paciente), a veces éste tiene que ingresar durante unos días en el hospital. Esto se hace con el fin de que el personal sanitario pueda controlar los posibles efectos secundarios de la quimioterapia.
– Vía oral
El paciente toma por la boca la medicación, en forma de comprimidos o sobres. Sólo es necesario el desplazamiento al hospital para el control periódico del tratamiento (la consulta y realización de análisis). Cada vez se emplea con más frecuencia, pero no siempre es una opción disponible.
Efectos secundarios
Los efectos secundarios que provoca la quimioterapia dependen de una serie de factores:
– Tipo de quimioterapia y dosis
Generalmente, para cada tipo de tumor existen unos protocolos, que son las combinaciones o asociaciones de fármacos a los que dicho tumor es más sensible y con los que se obtiene mayor respuesta. Cada fármaco puede provocar efectos secundarios totalmente distintos a los originados por otros medicamentos. Además, estos efectos pueden ser más o menos intensos, dependiendo de la dosis administrada. A veces, pueden sumarse unos a otros.
– Susceptibilidad individual
Algunos efectos secundarios siempre aparecen cuando se emplea un fármaco concreto. Pero la intensidad de los mismos o la aparición de otros diferentes puede variar de una persona a otra.
No siempre aparecen efectos secundarios, y cuando surgen, en la mayoría de las ocasiones son tolerables. En la actualidad, existen medicamentos que permiten controlar estas molestias, y llevar una vida prácticamente normal mientras se recibe el tratamiento.
La mayor parte de los enfermos pueden seguir realizando sus actividades cotidianas durante el tratamiento. Pero es difícil conocer de antemano, en cada caso, si se podrá seguir desarrollando una vida normal. A veces, es necesario disminuir el ritmo de vida y descansar durante algunos días tras la administración del tratamiento.
Causas de los efectos secundarios
La mayoría de los fármacos de quimioterapia están diseñados para destruir las células mientras se dividen. Cuanto más rápido se multiplican, más sensibles son los tejidos a los efectos del tratamiento. Generalmente, las células tumorales proliferan muy rápidamente, por lo que se ven fácilmente afectadas por los fármacos. Estos las dañan y destruyen, lográndose que el tumor desaparezca o disminuya de tamaño.
Pero en el organismo existen células sanas que también se multiplican a gran velocidad. Esto ocurre, sobre todo, con las pertenecientes a:
- tejido que tapiza el interior del tubo digestivo
- folículos pilosos (lugar de nacimiento del pelo)
- médula ósea (donde se forman las células que posteriormente circulan por la sangre)
La agresión a estas células desencadena los efectos secundarios más frecuentes: náuseas y vómitos, dificultades para la alimentación y anorexia, caída del cabello o alopecia, cansancio o astenia, y mayor sensibilidad a las infecciones.
Otros órganos pueden verse afectados, aunque con menos frecuencia: riñón, corazón, pulmón, vejiga, sistema nervioso…
Cuando los efectos secundarios de la quimioterapia aparecen, lo hacen desde unas horas hasta varias semanas tras la administración del ciclo. La mayoría de los síntomas desaparecen tras finalizar la quimioterapia y la mayoría de las veces sin dejar secuelas.
Efectos secundarios más frecuentes
Los efectos secundarios más habituales pueden afectar a diferentes órganos y sistemas del cuerpo.
- Alteraciones en el aparato digestivo (náuseas, vomitos, estreñimiento o diarrea)
- Alteraciones de la médula osea (descenso de glóbulos rojos, blancos o plaquetas)
- Alteraciones en cabello, piel y uñas (alopecias)
- Otros efectos (alteraciones neurológicas, cardiacas, sexuales o de fertilidad)