Anteriormente llamada gripe porcina, causada por el virus A, cuando apareció el brote en abril de 2009, el Ministerio de Sanidad y Política Social y varias consejerías autonómicas de Sanidad recomendaron, siguiendo las directrices de la Comisión Europea (CE), comenzar a llamar "nueva gripe" en lugar de gripe porcina a la epidemia causada por el virus A/H1N1 para evitar "consecuencias desastrosas e injustificadas en la industria porcina", sobre todo en tiempo de crisis.

La Comisión Europea considera que la enfermedad conocida como gripe porcina no debería llamarse así, porque el virus no se ha detectado en animales, lo que podría estar causando daños innecesarios al sector porcino.